Artes escénicas: Teatro

Hipnosis. La Colonia.
 
“Es preciso vivir al límite para sembrar sobre las barreras más adecuadas”
David Fernández Rivera.




 
Lo espectacular ha sepultado las últimas reminiscencias de lo íntimo, especialmente en este gran teatro del mundo, donde a todos nos adjudican un papel antes de poder preguntarnos de dónde venimos. Esta fragilidad personal es la más apropiada para que se haga efectiva la integración en la secta. Aquí, el placebo económico y recreativo se transfigura en el combustible de un motor repleto de carne quemada.
“Hipnosis” quería encontrar la recreación escénica de una realidad distorsionada, no sólo por el capital o por los medios de comunicación de masas; y es que también en las ciudades, bajo el arte o en la escuela , se proyecta el exilio de unas raíces que todavía agonizan bajo el techo calcinado del asfalto.
Pocos conocen que algún día un pedazo de sombra bastaba para sonreír, incluso hay quien ignora que nuestras vidas se han convertido en una carrera tremebunda por llegar a la cabeza de un tren que no llegará a ninguna parte.

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Estas y otras muchas otras cuestiones son la base para que se proponga  un espectáculo límite, en el que la confrontación entre el fuego, las cadenas, la velocidad y las diferentes concepciones de la muerte, se harían tan cortantes como todo aquello que pasa día a día por nuestras retinas,
y que muy pocos pueden llegar a ver…
                                                                                                                      

PRODUCCIONES ANTERIORES:

Alambradas

Año: 2009-2010  
Director: David Fernández Rivera
Autor: David Fernández Rivera
Elenco: David Fernández Rivera y María Couñago.
Diseño de iluminación, sonido, y escenografía: David Fdez. Rivera
Coreógrafo: David Fernández Rivera
Figurinista: David Fernández Rivera
Director musical: David Fdez. Rivera
Producción musical: David Fernández Rivera y Borja Ruiz.


Se trata posiblemente del espectáculo más ambicioso del autor y actor vigués a la hora de presentar en un escenario exactamente las mismas visiones que se vislumbran a través de las páginas de sus poemarios.

El ser humano de “Alambradas” es cautivo en las ciudades, alienado en una sociedad gris, decrépita, cuyo mayor dios es el Capital, en un mundo hostil a la creatividad y nocivo con la naturaleza y con el hombre natural.

El espectador, ante “Alambradas”, asistirá a una explicación de la humanidad actual -según su director, David Fernández Rivera-, en sus últimos estadios de degradación tanto moral como para sí mismos y su propio entorno, aunque todavía a tiempo de salvarse. La salvación, ¿dónde se haya? De eso nos habla la obra y su mensaje emocionado y esperanzado.

El espectáculo combina danza, pintura, música, poesía, coreografías con cuchillos y con antorchas, y la fuerza de su plasticidad y colorido es como un cuadro al óleo que cobra vida ante nosotros, para removernos y hacernos partícipes del problema y de su solución, recordando en su ejecución escénica al teatro pánico.


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Escuchar un fragmento de la banda sonora del espectáculo:


                                                                                                  

Lidia

Año: 2008. Censurada.
Directores: David Fernández Rivera y Moira Chapman
Autor: Ángel Padilla
Adaptación: David Fernández Rivera
Elenco: Patricia Clarck y David Fernández Rivera.
Producción:

                                                                                                  


La Guadaña entre las flores

  
Año: 2007-2008
Director: David Fernández Rivera
Autor: Ángel Padilla
Adaptación: David Fernández Rivera
Elenco: David Fernández Rivera y María Couñago.
Coreógrafo: David Fernández Rivera
Director musical y diseño de sonido: David Fernández Rivera
Producción musical: David Fernández Rivera y Borja Ruiz.

El presente montaje parte de la adaptación del poemario original “La Guadaña entre las flores” de Ángel Padilla. Si analizamos aisladamente el poemario, fuera ya de su proyección teatral, podríamos calificarlo como un cuaderno de denuncia social, en el que se entrevén unas formas poéticas que parten del surrealismo, pero que se asientan, a su vez, en una realidad mucho más tangible que lo subconsciente, y sin embargo, no podríamos dejar de calificar este poemario como uno de los abanderados de lo intangible y de la arbitrariedad significativa. El gran paso que da Ángel Padilla con esta obra es evolucionar una poesía que, ya en su día abandonó el “yo”, para convertirse en “nosotros” y posteriormente llevarla a la riqueza del “ellos”: los animales, las plantas, el mundo verdadero…

De hecho, en ningún momento, el texto se aleja de la concepción de la tierra como Gaia y del ser humano como una parte del todo. Por encima de todo, esta obra intenta cambiar la perspectiva de aquellos que sólo ven tragedia, donde la verdadera tragedia está en esa mayoría que no puede ver que la tristeza no deja de esculpirse sobre el legado maravilloso de lo natural y la belleza. La máxima de “todos somos uno” podría ser la definición perfecta del contenido de un libro, que ya no sólo busca denunciar la situación actual, sino que a su vez, cultiva la difusión de una nueva voz: la poesía.

Centrándonos ya en la adaptación teatral de David Fernández Rivera, podríamos decir que el director vigués experimenta con esta obra un nuevo tipo de dirección, no ya justificada en el texto, sino en la emoción que se transfigura en el también mundo metafórico y surrealista de Rivera. Por lo tanto, podríamos concebir este montaje como el modo en el que se aúnan
dos historias: por una parte el texto, y por otra, la dirección. Estas dos historias guardan como único vínculo la emoción de un director.

Del mismo modo, “La Guadaña entre las flores” se convierte en la primera manifestación artística de lo que David Fernández Rivera llama “Comunicación Total”, es decir, en ella el lenguaje verbal pasará a un segundo plano con la intención de alterar al espectador dentro de la pequeña cárcel reduccionista, en la que poco a poco lo ha ido introduciendo la sociedad.

Somos más que convencionalismos , que si bien son necesarios para la relación del grupo, muchas veces deterioran la relación individual y de pareja, donde muy pocas veces renacen nuevos códigos más allá de lo establecido. Otra forma de comunicación es posible y esta es “La Guadaña entre las flores”.

Reseñas